'' Me arranqué el corazón, quería hablar seriamente con él; últimamente éste funcionaba mal, hacía lo que quería sin avisar. Con cuidado lo coloqué encima de mi escritorio. Con aires de autoridad, me quedé mirando a mi corazón frente a frente. 

- No sé lo quieres, ni lo que pretendes, así que quiero que te acuerdes durante toda tu vida de lo que voy a decirte ahora. No te enamores de cualquiera: fíjate antes de si lleva chistera, fíjate en sus mocasines. No esperes enamorarte del que te diga algo bonito, enamórate del que diga tonterías sobre pingüinos y haga chistes con Chuck Norris... No pienses demasiado en buscar a algún chico, nosotros dos solos nos bastamos. ¿Queda claro?

Mi carazón no pareció inmutarse, pero estaba satisfecha de la charla que había pronunciado. Cogí el corazón, le dí un suave beso y volví a ponerlo en su lugar.

-Y ahora te toca a ti, cerebro inútil. ''

¿Nunca te has preguntado porque empezamos cosas que sabemos que están mas que destinadas al fracaso? Sabes que va a haber un mal momento, ahora, mañana, de aquí a tres días, pero lo habrá y te da igual, sigues, sigues y sigues. Una vez leí que la razón era un "por que lo importante es el camino", hasta hace nada me parecía una muy buena respuesta, pero me doy cuenta que no. No,no lo haces por el camino, si ese es el camino, la meta es el olvido,¿no? ¿Lo que buscas es pasarlo mal? ¡Que mártir eres chico! ,creo que lo importante no es el camino si no la meta, el presente, tu meta ,eso es lo importante. Supongo que la meta de todos es llegar ser feliz , ¿no? Sí , seguirás ahí ,colgada de él , lo sabes, sabes que va a haber momentos malos, muy malos y aun peores, va a haber días en los que sientas que todo es inútil, y que la mas inútil eres tu, por que si has llegado hasta ese punto es únicamente por tu propia culpa, pero va a haber otros en los que con una única de sus sonrisa se cambie todo, es mas, quizás no hagan ni falta sus sonrisas, solo que este el, que te mire ¡Que demonios! Quizás ni siquiera eso. Sí, va a sonar patético pero me contento únicamente con verle bien. Sin ojos morados y con un estado de animo aparentemente normal, eso me vale, eso es todo. Sí, tienes razón, quizás el sea las mil atrocidades del mundo unidas, o quizás estemos ante un nuevo caso a estudiar de "persona sin sentimientos", también pensé que quizás fuese un robot, pero la culpa no es para nada suya, porque fui yo quien decidió "enamorarse". Me di cuenta que tu no eres mi meta, o bueno, sí, mi meta a corto plazo, o mi meta "momentánea", no sé, por así decirlo eres como las bombillas gastadas, de estas que se encienden y se apagan, por momentos eres mi meta y por momentos no, por momentos me haces feliz y en otros todo lo contrario, pensé y creí durante mucho que quizás fuese el momento de "cambiar de bombilla" pero me di cuenta de que no, y que aunque estés un poco fundido tengo bastante que agradecerte.

Es increíble como una fecha nos marca. Nos marca del tal manera que aunque haya pasado más de un año cuando llega ese día es como si algo faltara en ti... Como si lo único que necesitaras sería llorar hasta que ya nada de queda dentro, que ni siquiera el mejor chiste ni la mejor de las sonrisas consiguen hacerte sonreír. Es raro en mi como todos los meses ese día no sonrío. Es raro porque... yo siempre estoy sonriendo. Menos ese día... porque me faltas tú y tu risa. 

Últimamente estoy tontisima porque no sé que escribir. Bueno no sé sobre quien escribir... Siempre he tenido a alguien que me inspiraba a escribir, alguien que me hacía estar acostada y a los cinco minutos tener que levantarme a por un bolígrafo porque el que tenía con la libreta no iba, alguien que me hacía tener miles de notas en el móvil porque en clase me llegaban esos momentos de inspiración, alguien que me hacía sonreír mientras escribía esas tonterías en las que siempre acababa con un "te quiero"  y no con un "me lo follé".

Silencio. Estamos juntos. En la misma cama y sin ropa. Y descanso tranquila sobre su hombro. "Noelia... No me dejes". Y no sé porqué pero me lo ha dicho. Respiro. Lo miro. Parece que se arrepiente. Sonríe. Sonrío. "Prometimos que sería para siempre". Y otra vez ese silencio. Pero es un silencio bonito. Un silencio que no es incómodo. Un silencio que habla. Que dice que nos entendemos porque en realidad sabemos que no podríamos estar el uno sin el otro.

Ver como nuestras labios se juntan y se ronzan. Nuestras piernas se enlazan. Mi lengua busca a la tuya, la encuentra y se pelea con ella. Tu mano baja hacia el sur de mi ombligo. Curvo la espalda y echo la cabeza hacia detrás. Suspiro. Me gusta lo que haces. Y me gustas tú. Veo tu cara y sonríes. Me vuelves a besar. Tus labios buscan mi cuello y todavía más abajo. Y no me gustaría decir eso pero creo que empiezo a quererte un poco más de lo que debería. 

Llevas X años esperando que llegue el día, eso que tanto has visto en las películas, eso que te parece lleno de placer, eso que tantas veces has leído en los libros. Y tú como una pequeña ilusa esperas a alguien que te llene, que sea tu príncipe azul. Has zorreado, como todo el mundo, y no has conseguido nada. Y un día cualquiera sales por la noche y te emborrachas. Conoces a un chico, bailas con él, y literalmente, te restriegas en la pista de baile hasta que estáis tan cachondos que necesitáis ir a un motel de carretera, y tienes ganas y sabes que él también."¿Me acompañas?". Giras la cabeza y notas el mareo. Lo que tenéis más cercano es el baño de los chicos. Y allí vais. Notas su respiración cerca de tu cuello, y estás borracha, pero borracha de él, y sabes que la única manera de calmar tu borrachera es sentir cada poro de su piel en tu lengua.