Eramos cuatro amigas, vivíamos por y para nuestra amistad. Hasta que un día con Erica no nos reímos. Ya no hablamos de nada, ni nos reíamos por tonterías, no nos montábamos vidas paralelas en nuestra cabeza y mucho menos nos queríamos. Con ella solo era criticar. Y no me gusta, llamarme rara, pero es de criticar a tus mejores amigas no me gusta. Ahora solo quedamos tres... Niki, Diletta y yo, Olly. Por lo menos somos tres olas de verdad, ¿no? A ellas tengo que agradecerle que esos días de instituto sean más cortos y sobre todo más divertidos. Porque con ellas si que hay risas y sonrisas, sinceridad, y nunca criticar. Porque si me dijeran que te describiera con tres palabras, a ti, Erica, diría que eres falsa, no eres amiga de tus amigas y mentirosa. Pero bueno no quiero darte más importancia de la que deberías tener que es ninguna y te digo una cosa, no nos intentes separar porque entonces seré yo la que haré que no vuelvas a tener amigos... Me has echo daño, según tú era una de tus mejores amigas, y por tu parte no he recibido ni un perdón. 

Después de todo lo que he llorado y de todo lo que me has echo llorar, todo el tiempo que llevo sin verte, porque ya es un largo año. Te veré el fin de semana que viene. ¿Como reaccionaré? No lo sé, pero probablemente, me ponga a hacer la tonta cuando sepa que me miras para poder llamar tu atención y ojala pienses en como me has podido perder tanto y tan lentamente. Pero es que ya no puedo más, quiero que sepas que tú me vas a tener ahí para lo que quieras pero no voy a buscarte ni a contarte nada, hasta que sepa que te mereces que lo haga. Y que sepas... que no te quiero porque no te lo mereces.